En las salas blancas, la concentración de partículas en el aire ambiente se reduce a un nivel bajo y no crítico. Eliminar la influencia perjudicial de las partículas y los microorganismos garantiza una calidad y una seguridad significativamente mayores.
Por eso, el uso de la tecnología de salas blancas se está convirtiendo cada vez más en la clave de la fiabilidad y la eficacia de los productos con elevados requisitos de calidad. Sin procesos de producción controlados en condiciones de sala blanca, hoy en día no se puede fabricar un gran número de productos sensibles, como los de la industria de semiconductores, la microtecnología o la tecnología médica, en los que incluso los depósitos de partículas más pequeños inutilizan el producto final.
Otro aspecto importante de la tecnología de salas blancas es la reducción de gérmenes y microorganismos, que es obligatoria en la fabricación de medicamentos y productos farmacéuticos, pero que también conlleva importantes mejoras de calidad en las industrias alimentaria y cosmética.