En un momento en que estamos construyendo coches que se conducen solos y frigoríficos inteligentes, tiene sentido utilizar el progreso tecnológico para crear accesibilidad en la vida cotidiana.
El Dr. Thomas Stieglitz, de la Universidad de Friburgo, y un grupo internacional de investigación han logrado recientemente un avance que puede mejorar significativamente la calidad de vida de las personas con discapacidad en un futuro próximo.
En varios proyectos financiados por la UE se han desarrollado prótesis sensibles que dan al usuario la sensación de formar parte de su propio cuerpo. Unos electrodos especiales implantables permiten enviar impulsos eléctricos desde las prótesis de mano directamente a las vías nerviosas del paciente. Esto permite al paciente sentir los objetos, abrir la prótesis en consecuencia y ajustar la fuerza de agarre, sin necesidad de estímulos visuales adicionales.
Para la producción de los distintos componentes de esta fascinante tecnología, se nos permitió instalar un sala limpia de clase ISO 8. Con la ayuda de una cabina de flujo laminar, la clase de pureza aumenta hasta ISO 5. Aunque probablemente pasará algún tiempo antes de que esté listo para el mercado: El hecho de poder contribuir al progreso del desarrollo médico con nuestras salas blancas de este modo ya nos enorgullece hoy.
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